¿Debería tomar una cura de probióticos?

Cada vez son más las personas que inician de vez en cuando una cura probiótica para proteger las funciones normales de su aparato digestivo. Pero antes de empezar una cura de este tipo, quizá le interese saber por qué es tan recomendable y, sobre todo, qué probióticos tomar. Los probióticos son bacterias que están presentes de forma natural en nuestro organismo y que ayudan a luchar contra la proliferación de otros microbios denominados nocivos. Su presencia es, por tanto, esencial para mantener una buena salud. Sin embargo, a menudo ocurre que el equilibrio de nuestra flora intestinal se altera, lo que puede provocar numerosos problemas de salud más o menos molestos. En este caso, un tratamiento con probióticos es, por supuesto, muy recomendable. En este artículo, explicaremos los beneficios de una cura de este tipo.

¿Cuáles son los beneficios generales de una cura probiótica?

Antes de entrar en los detalles de los trastornos y patologías que los probióticos pueden ayudarle a resolver, vamos a echar un vistazo más general a los beneficios de una cura probiótica.

Empecemos por recordar qué son los probióticos y para qué se utilizan. En realidad, los probióticos son bacterias y levaduras que pueden tener efectos positivos sobre la salud cuando se consumen en cantidad suficiente, según la definición dada por la Organización Mundial de la Salud o OMS. Más concretamente, los probióticos se suelen consumir en forma de complementos alimenticios, como comprimidos o cápsulas, y están destinados a reequilibrar la flora intestinal. Esto permite, por supuesto, una mejor digestión general, sobre todo en lo que respecta a la fibra, pero también estimula el sistema inmunitario. Los probióticos también se recomiendan muy a menudo a las personas que sufren diarrea crónica.

Por supuesto, las fuentes de probióticos se encuentran de forma natural en algunos de los alimentos que comemos a diario, como el yogur, los productos lácteos fermentados y ciertos platos de verduras fermentadas como las judías. Otros ingredientes menos conocidos, como la levadura de cerveza, que a veces se utiliza en las masas de pan o pizza, también contienen probióticos. Sin embargo, estas fuentes de probióticos suelen ser insuficientes para mantener la flora intestinal.

En efecto, es importante comprender que, debido a la acidez del estómago, una gran mayoría de los probióticos que ingerimos a través de los alimentos, es decir, el 90% de ellos, se destruyen. Además, los probióticos sólo actúan realmente en el organismo una vez que han llegado al intestino y no antes. Esta precisión es importante porque nos dice que es preferible, a la hora de decidir tomar una cura probiótica, privilegiar los complementos alimenticios con cápsulas con recubrimiento entérico, es decir, que se disuelven en el intestino y no en el estómago.

Los probióticos ya están demostrando su eficacia en el tratamiento de diversos problemas y trastornos comunes. Además, los investigadores estudian actualmente con gran interés el papel de los probióticos en la protección del organismo contra diversas formas de inflamación intestinal.

Los beneficios de los probióticos en la intolerancia a la lactosa:

La intolerancia a la lactosa, que no debe confundirse con la alergia a la lactosa, es cada vez más frecuente y afecta, por tanto, a una gran parte de la población adulta actual. Se ha observado que esta intolerancia varía según la etnia y el continente, siendo algunas poblaciones más propensas que otras.

Para quienes la padecen, esta intolerancia puede resultar realmente molesta y desagradable a diario, con síntomas como hinchazón, gases, calambres intestinales y otros dolores más o menos fuertes, o incluso ataques de diarrea muy intensos. La causa de estos problemas de digestión de la lactosa hay que buscarla en una deficiencia de lactasa, que es la enzima necesaria para su digestión. Cuando falta esta enzima en el organismo, la lactosa no se digiere, lo que provoca su fermentación en el intestino y todos los problemas y trastornos que acabamos de mencionar. Sin embargo, nuestro cuerpo está diseñado para producir lactasa sólo durante los primeros años de vida, es decir, los años durante los cuales se supone que el ser humano es amamantado. Poco a poco, la cantidad de esta enzima disminuirá y dará lugar a un cierto número de trastornos intestinales debidos a nuestro consumo actual de productos lácteos.

Estudios científicos y ensayos clínicos recientes han demostrado que la presencia de probióticos en los productos lácteos fermentados facilita su digestión. En efecto, cuando se fermenta, un producto lácteo transforma la lactosa en ácido láctico y este ácido láctico se digiere bien. Es precisamente este ácido láctico el que se encuentra en la mayoría de los complementos alimenticios de la categoría de los probióticos. Tiene efectos muy interesantes y positivos para nuestra salud, ya que facilita la absorción del calcio, el hierro y el fósforo.

Los beneficios de una cura probiótica en caso de síndrome del intestino irritable:

Otro problema con el que se encuentran cada vez más personas en todo el mundo es el conocido como síndrome del intestino irritable o SII. A veces también se denomina síndrome del intestino irritable. Este trastorno digestivo se manifiesta con malestar, dolor de estómago, diarrea y una forma de estreñimiento. Por desgracia, aún no se conocen bien las causas de este problema y no se sabe cómo prevenirlo y evitarlo.

Lo más frecuente es que a las personas que consultan a un médico por un síndrome de este tipo se les recete una dieta distinta de la habitual. Pero también es frecuente que los médicos aconsejen a estos pacientes tomar un tratamiento de probióticos. Estos últimos muestran interesantes beneficios para las personas que padecen este síndrome, sobre todo en lo que respecta a las recidivas, al actuar directamente sobre los síntomas de esta enfermedad. Varios estudios realizados desde el año 2000 han demostrado una clara mejoría del estado general de los enfermos, con una reducción significativa del dolor abdominal, los gases, la hinchazón y una mejor regulación del tránsito, es decir, menos estreñimiento o diarrea.

Si usted también padece este trastorno, le recomendamos encarecidamente que siga ahora una cura de probióticos para mejorar su estado general de salud.

Los beneficios de una cura probiótica para la diarrea infecciosa o diarrea del viajero:

Incluso si sus problemas digestivos y trastornos intestinales no son crónicos como los que acabamos de mencionar juntos, los probióticos también pueden ayudarle con problemas de diarrea ocasional debido a una infección o bacterias malas.

La diarrea aguda suele estar causada por lo que comúnmente se denomina gastroenteritis. Esta enfermedad evoluciona en picos y afecta a toda la población, tanto a adultos como a niños, en periodos llamados de contagio epidémico, que a veces son muy fuertes, sobre todo durante el invierno. Los probióticos, gracias a los ácidos lácticos que contienen, ayudan a reducir el riesgo de infectarse por esta enfermedad y de sufrir diarreas graves. Mejor aún Si a pesar de todo has contraído una gastroenteritis, debes saber que también puedes tratarla tomando un tratamiento de probióticos, que reducirá significativamente la duración y la frecuencia de los síntomas.

Estos ácidos lácticos actúan directamente sobre el aparato digestivo e impiden que las bacterias responsables de la gastroenteritis se adhieran a la pared del estómago. Sin embargo, es aconsejable acompañar este tratamiento con una buena rehidratación hasta que desaparezcan los síntomas.

Una forma frecuente de diarrea no crónica es la llamada diarrea del viajero, también conocida como turista. Es más frecuente de lo que se cree, ya que afecta a entre el 15 y el 60% de los viajeros a países en vías de desarrollo. Se debe principalmente a la exposición del aparato digestivo a bacterias presentes en el agua local y a las que no está acostumbrado, lo que provoca una diarrea a veces muy fuerte y acompañada de calambres abdominales muy dolorosos. También en este caso, los probióticos pueden ayudarle, ya que se ha constatado su eficacia para prevenir este tipo de problemas. Un tratamiento con probióticos antes de salir de viaje puede evitarle los síntomas tan desagradables causados por la bacteria Escherichia Coli. Varios estudios recientes han mostrado resultados interesantes sobre la acción beneficiosa de los probióticos contenidos en los yogures o la levadura de cerveza.

Un tratamiento con probióticos para evitar las complicaciones debidas a los antibióticos y las infecciones hospitalarias:

Por último, otro beneficio innegable de una cura probiótica se refiere al hecho de que puede ayudarle a luchar contra los efectos nocivos de la toma de ciertos medicamentos de tipo antibiótico. Hay que recordar que los antibióticos, sobre todo cuando se toman durante un largo periodo de tiempo, desequilibran mucho la flora intestinal y pueden provocar diarreas más o menos graves.

Sin embargo, en 2006, un estudio clínico demostró que tomar probióticos como saccharomyces boulardi o lactobacillus rhamnosus GG paralelamente al tratamiento antibiótico tenía un efecto beneficioso al reducir significativamente los riesgos de complicaciones como la diarrea. Por lo tanto, es una buena idea planificar este tratamiento si tiene que ser tratado con antibióticos durante un largo periodo de tiempo.

Otro problema que puede resolverse con una cura probiótica es el riesgo de contraer una infección gastrointestinal nosocomial. Una "enfermedad nosocomial" es una enfermedad que se contrae en un hospital. Los tipos más comunes de enfermedad intestinal relacionada con las náuseas suelen producirse después de una intervención quirúrgica abdominal. En este caso, los riesgos son importantes y deben tomarse en serio y pueden incluir, por ejemplo, la neumonía, que se trata con antibióticos pero requiere una estancia hospitalaria más larga. Una vez más, tomar probióticos antes de la operación reducirá significativamente el riesgo de contraer este tipo de infección. Otro ejemplo muy concreto se refiere a los trasplantes de hígado, que a veces provocan infecciones y ciertas complicaciones postoperatorias. Una vez más, tomar probióticos antes de la operación reducirá estos riesgos.

También hay que recordar que los probióticos en complementos alimenticios son en general inofensivos para la salud y, por tanto, pueden ser tomados sin ningún riesgo incluso por niños en cuidados intensivos. En particular, pueden ser muy útiles cuando el paciente se alimenta por sonda, sobre todo en lo que se refiere a la levadura boulardii y al saccharomyces boulardii, que reducen el riesgo de diarreas e infecciones gastrointestinales.

Como puede ver, los beneficios de una cura probiótica son realmente numerosos y por eso, por supuesto, es juicioso utilizarla para tratar o evitar ciertos trastornos que a veces son realmente molestos o desagradables.

¿Qué complemento alimenticio debo tomar para una cura probiótica?

¿Desea o necesita seguir una cura probiótica y quiere encontrar un complemento alimenticio que esté realmente bien diseñado para ello? A continuación le explicaremos qué complemento es el mejor en esta categoría y por qué.

El suplemento que hemos elegido para usted aquí es el suplemento alimenticio de la marca WeightWorld, que resultará eficaz para muchos tratamientos diferentes. Puede tomar este tratamiento probiótico para tratar el síndrome del intestino irritable, la diarrea crónica u ocasional, el estreñimiento o los calambres intestinales. El objetivo de este producto es restablecer eficaz y rápidamente el equilibrio de la flora intestinal.

Cabe recordar que el revestimiento de nuestros intestinos está compuesto en gran parte por microorganismos, entre ellos los probióticos, cuya función principal es bloquear la proliferación de otros microorganismos nocivos. Los probióticos también tienen otra función esencial, ya que participan directa y activamente en la correcta digestión de los alimentos. En otras partes del cuerpo, como la boca y la vagina, también se puede encontrar una flora bacteriana diferente pero igualmente compleja. Éstas también sirven para proteger al organismo de las infecciones.

Si queremos dar una definición más precisa de lo que son los probióticos, podemos decir que en realidad son bacterias o levaduras que se encuentran de forma natural en nuestro cuerpo. Entre los probióticos más conocidos se encuentran la levadura de cerveza, también conocida como Saccharomyces cerevisiae, y las bacterias lácticas. Por lo general, estos probióticos se suministran al organismo a través de ciertos alimentos, como los yogures, pero no en cantidades suficientes.

Además, una dieta a veces desequilibrada provocará un aumento significativo de la acidez de nuestro estómago, lo que reducirá aún más la asimilación de estos probióticos en los intestinos, donde se supone que deben actuar. Aquí es donde resulta interesante una cura probiótica. El complemento alimenticio que presentamos aquí parece ideal para este fin.

¿Qué probióticos contiene el complemento alimenticio que recomendamos?

A veces es muy complicado tomar probióticos de forma realmente eficaz, ya que son necesarios varios tipos de probióticos para mantener una flora intestinal equilibrada. Por ello, es aconsejable tomar un complemento alimenticio completo que contenga diferentes tipos de probióticos, como el complemento desarrollado por WeightWorld que hemos decidido destacar en esta página.

En efecto, este complemento es sin duda uno de los más completos del mercado, ya que ha sido diseñado utilizando diferentes cepas de fermentos lácticos, es decir, 4 probióticos diferentes en total, que por supuesto están presentes de forma natural en la flora intestinal humana. La elección de estos 4 probióticos no se hizo al azar, sino más precisamente por sus propiedades y beneficios. He aquí los detalles:

• Bacillus Coagulans 4 mil millones de UFC
• Inulina 200 mcg

Ahora probablemente quieras saber cómo tomar estos probióticos y cuál es la dosis recomendada y la duración ideal de su tratamiento. En lo que respecta al complemento alimenticio de WeightWorld, basta con tomar 2 gominolas al día, es decir, 1 gominola al mediodía y otra por la noche, preferentemente durante las comidas con un gran vaso de agua. La cura debe durar un mínimo de 3 meses para que sea totalmente eficaz.